A partir del 1 de julio, Francia prohibirá fumar en espacios públicos frecuentados por niños, como playas, parques, escuelas y zonas deportivas. La medida, anunciada por la ministra de Salud y Familias, Catherine Vautrin, forma parte del plan nacional contra el tabaquismo y busca reducir la exposición al humo de tabaco en entornos sensibles. “Ahí donde hay niños, el tabaco debe desaparecer”, afirmó la funcionaria.
La normativa establece una multa de 135 euros para quienes incumplan la disposición, que también alcanza a estaciones de autobuses y entradas de colegios. Sin embargo, las terrazas de bares y el uso de cigarrillos electrónicos quedan excluidos de la nueva reglamentación. Según Vautrin, el objetivo es avanzar hacia una “generación libre de tabaco” en 2032.
Cada año, el tabaco provoca alrededor de 75.000 muertes en Francia. En ese contexto, las autoridades buscan reforzar la presencia de espacios libres de humo y reducir el tabaquismo pasivo, especialmente en menores. “La libertad de fumar termina donde comienza el derecho de los niños a respirar aire puro”, explicó la ministra.
Pese al anuncio, algunas organizaciones mostraron preocupación por la implementación efectiva de las restricciones. Desde el Comité Nacional contra el Tabaquismo (CNCT) sostienen que estas medidas son efectivas para desnormalizar el consumo y alentar a los fumadores a dejar el hábito. Ya más de 1600 municipios franceses aplican restricciones similares, y una reciente encuesta reveló que el 62 % de los ciudadanos apoya ampliar la prohibición de fumar en espacios públicos.






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