El juicio contra Damián Barruet, acusado de intentar robar el vehículo oficial del presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, reavivó las sospechas de una posible maniobra de inteligencia. El fiscal Diego Luciani desconfía de la versión del imputado, quien alegó que solo buscaba objetos de valor sin saber a quién pertenecía el auto.

Barruet fue detenido tras intentar forzar la camioneta en el estacionamiento del tribunal, armado con un objeto punzante. Llevaba un handy, tenía una orden de captura vigente y numerosos antecedentes penales. Para Luciani, el hecho no fue casual: “Alguien mandó al ladrón a abrir la camioneta asignada a Rosatti”, insinuó. La investigación apunta ahora a determinar si se trató de un mensaje mafioso o un intento de espionaje.

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