Junto con Honduras, alcanzaron el puntaje más alto en dominio del inglés dentro de Latinoamérica, consolidándose como los dos países con mejor desempeño en la región. En contraste, Uruguay, Paraguay y El Salvador se ubicaron en un rango de competencia intermedio, mostrando un nivel moderado en el manejo del idioma.

Argentina consolidó en 2025 un avance sostenido en el dominio del inglés y volvió a posicionarse como el país con mejor nivel de la región. Los resultados del Índice de Proficiencia en Inglés (EF EPI) mostraron que el país mantiene una trayectoria ascendente en educación lingüística, con mejoras en todas las franjas etarias y un rendimiento destacado entre jóvenes y adultos jóvenes. También se observó un comportamiento singular en términos de equidad de género: a diferencia de la tendencia regional, las mujeres argentinas alcanzaron o superaron el desempeño de los hombres, reafirmando un progreso hacia la igualdad en el acceso y la calidad del aprendizaje del idioma.

El informe reveló además que Argentina superó nuevamente a sus pares latinoamericanos, compartiendo con Honduras el nivel alto de dominio del inglés, mientras que otras naciones como Uruguay, Paraguay y El Salvador permanecen en un rango medio. Buenos Aires se ubicó como la capital con mejor desempeño regional y Mar del Plata lideró el ranking nacional, seguida por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Bahía Blanca, Rosario y La Plata. Varias ciudades del interior, como San Juan y San Luis, registraron mejoras significativas respecto del año anterior, evidenciando una expansión territorial del aprendizaje del idioma.

A nivel global, los Países Bajos mantuvieron el liderazgo, con Croacia, Austria y Alemania destacándose por sus avances. El estudio también subrayó que la expresión oral continúa siendo la habilidad más desafiante en la mayoría de los países y que el inglés sigue ocupando un rol central como lengua de comunicación internacional. Desde 2011, EF realiza esta evaluación utilizando el EF SET, una prueba estandarizada que en 2025 alcanzó a más de 2,2 millones de participantes en 123 países, incorporando por primera vez mediciones de expresión oral y escrita mediante inteligencia artificial.